Again.

Ocurrió.
No lo pude evitar.
Caí de nuevo en mi misma trampa, volví a sentirme igual, tonta y desvalorada, volvía a ser lo que ya dejé de ser.
No pude ni siquiera pensar, en tan solo una milésima de segundo ocurrió; mi cerebro se confundió, busco e instaló el microchip antiguo como si de un ordenador se tratase, y ya sin más, actué.
Actué sin pensar, me lancé a la piscina, pero luego me di cuenta que en ella no había agua, pero yo... de todas formas me ahogué.
Me ahogué en mi propio ser, en mi propio pensamiento. Por un momento no supe quien era. No sabía dónde estaba, no sabía quién ser, estaba perdida en la más profunda oscuridad de mi misma; y cuando ya no sabía qué más hacer, apareció una cara conocida, la cara que más necesitaba ver, el rostro de la persona la cual  sin ella quererlo me ilumina el camino y mutuamente nos ayudamos a seguir adelante. 
Entonces, y solo entonces, desperté de mi pequeño gran trance y volví en mí. No en la persona que fui, no la persona la cual yo me sentí. No. Volví a tomar las riendas de mi vida. De mi misma.
Ese obstáculo ya lo conseguí pasar, se que de nuevo aparecerá, pero para su pena, muy tarde será ya.
Porque al ser quien soy de nuevo me di cuenta que no tengo tiempo de pensar en ese acto estúpido que cometí con la persona que nos cambió al diablo. Sigue tu camino, no te cruces en el mío.

Para los que se pierden alguna vez.

Siempre habrá un faro que te devuelva a tu destino.

XOXO.

Ariadna